7 de Abril, 2019.

Desde 1950 se celebra cada 7 de abril el Día Mundial de la Salud. Este año la fecha estará dedicada a la cobertura sanitaria universal, principal objetivo de la Organización Mundial de la Salud.

La campaña busca brindar información a la comunidad sobre lo que implica la cobertura sanitaria universal para poder lograr la igualdad en el acceso a la atención. Asimismo, la ONU presentará material visual para concientizar sobre cómo viven las personas que no pueden recibir una atención sanitaria o en salud adecuada.

Desde la Procuración Penitenciaria, afirmamos que el único derecho que una persona detenida pierde es el de la libertad ambulatoria. Sin embargo, a lo largo de los establecimientos penitenciarios las personas detenidas ven cercenado con frecuencia su derecho a la salud. En distintos Informes Anuales, se ha dejado en claro que tienen dificultades para acceder al sistema de salud dentro de las distintas cárceles federales.

Según el Informe Anual 2017, los obstáculos identificados se repiten cada año. Persisten la sobrepoblación  y el hacinamiento carcelarios, carencia de una estructura hospitalaria efectiva y adecuada para responder a la demanda interna en ciertos Complejos y Unidades, desproporción entre el número de detenidos y el de los agentes de salud (médicos de guardia, de planta, especialistas y enfermeros), la falta de equipamiento para actuar ante urgencias médicas en algunos establecimientos, burocracia administrativa incompatible con los tiempos y necesidades sanitarias de los alojados, estructuras edilicias insalubres, con mantenimiento mínimo o nulo y/o permanentemente deteriorado por vandalismo. 

Se destaca la escasez de móviles para traslados, el dilatado tiempo de acceso a la asistencia médica intramuros en casos de emergencia y la falta de un protocolo de emergencias médicas.

En cuanto a la salud mental, partiendo de una concepción amplificada de la misma la cual alude a la cualidad del régimen penitenciario, la sobrepoblación y el hacinamiento concomitante, la ecuación profesionales-cantidad de población y las lógicas de encierro como gobierno de la cárcel son algunas de las aristas que hacen a lo saludable o mortificante en términos de salud mental en la privación de la libertad.

Asimismo, se desprende de los relevamientos que los abordajes son fundamentalmente psico-farmacológicos. Se advierte además que los traslados, dentro de un mismo establecimiento, de las personas privadas de su libertad impiden la continuación del vínculo asistencial, lo que genera un continuo “volver a empezar”. Cuando esto sucede se agravan las condiciones de detención, se vulneran derechos y se suma daño subjetivo a la persona trasladada.

Desde nuestra institución hemos solicitado a través de presentaciones las mejoras en el tratamiento de la salud en prisión. Diariamente nuestros equipos especializados, tanto en salud medica como mental, trabajan con el objeto de hacer valer los derechos de los detenidos con la finalidad de mejorar el cumplimiento de la pena.