05 de Julio, 2021.
El programa específico Marcos de Paz se sumó al Seminario de Prácticas Restaurativas y Mediación de Conflictos con Consecuencias Penales. Es coordinado por referentes del derecho y la mediación. Está destinado a abogados/as, psicólogas/os, psicólogos/as sociales y trabajadores sociales de pertenecientes a diversas áreas del Ministerio Público, fiscalías y defensorías y organismos del ámbito de la seguridad de todo el país.
Este Seminario-Taller trabaja los conceptos y supuestos básicos del campo del abordaje consensual para la gestión de conflictos con consecuencias penales, según los distintos enfoques de respuesta social al delito –restaurativa y retributiva-. Estuvo coordinado por especialistas de la talla de Silvana Greco, Abogada, Mediadora, Facilitadora, Formadora e investigadora en Procesos de Gestión colaborativa de conflictos.
Desarrolla los fundamentos abordados por las distintas perspectivas que se han ocupado de analizar el derecho del Estado a utilizar el sistema penal para desmotivar ciertas conductas sociales, y especialmente el derecho de acceso a la Justicia mediante la utilización de medidas alternativas al juicio o a la pena. Y cómo, desde estas perspectivas, se justifica la necesidad de implementar políticas públicas que desarrollen abordajes restaurativos en respuesta a los delitos.
El Programa Marcos de Paz se presenta como una de estas experiencias alternativas analizadas dentro del seminario. De la capacitación participaron diversas referentes del Programa quienes hicieron un recorrido por la historia y las prácticas realizadas. Mariana Volpi, Jefa del Área de Diálogo y Gestión Colaborativa de la Procuración Penitenciaria de la Nación, comenzó la exposición explicando las funciones básicas de este organismo y los inicios de Probemos Hablando quien destacó la importancia de la cooperación necesaria entre organismo de control y organismo controlado para llevar adelante las acciones de esta iniciativa.
Durante el encuentro se abrió un pequeño debate sobre los efectos y la posibilidad de medirlos. Mariana Volpi tomó la palabra para explicar este tema: “Al arrancar lo primero que nos dijeron fue ¿y esto cómo se mide?, y mi respuesta fue que se mide haciendo que funcione, poniendo esto en marcha y no parar. Si esto no deja de realizarse se va a dar el cambio cultural que buscamos, esto es la palabra como proceso, animar a romper con la rigidez de la norma y las normas que nos auto imponemos”.
“El mismo SPF, luego de generar al inicio las condiciones de aceptación de la propuesta, nos convocó para trabajar en Ezeiza. Ese fue el primer indicativo de que el programa estaba funcionando”, aseguró Mariana Volpi.
Ante esto Mariana Costas aportó que: “Los efectos no solo los vemos sino que tenemos la posibilidad de escucharlo de la boca de los participantes, seguimos en contacto y nos cuentan cómo aplican lo trabajado en el programa”.
Luego se expuso sobre los inicios del Programa Marcos de Paz en 2017 y los diferentes espacios que abarca, asimismo se habló sobre los dispositivos utilizados y creados por este, Lorena Cruz remarcó que desde 2018 “el círculo de diálogo dinámico se transformó en nuestra gran herramienta”, y también se hizo referencia a las competencias fundamentales que deben tener las y los facilitadores de diálogo para llevar adelante la práctica, resaltando el trabajo en equipo, el cuidado y el apoyo del diálogo y el desarrollo de una escucha genuina y activa: "Desde el inicio del programa hay en marcha un constante repensar sobre nuestra práctica" remarcó Maia Grinspun.
A continuación se hicieron escuchar las voces de las voluntarias, últimas incorporaciones en el programa Marcos de Paz (luego de realizar el curso teórico-práctico en el año 2019), ellas se refirieron a su experiencia y el encuentro con los espacios de contextos de encierro y sus habitantes a partir de lo vivenciado:
“El circulo de dialogo tiene una potencia que yo no conocía, este es un trabajo que no se puede hacer en solitario, veníamos con el frío a sentarnos en la capilla y ahí la cosa se empezaba a calentar, era tal la intensidad emocional de esos círculos de diálogo que a veces me costaba hablar, algo que nunca me pasó en mi vida” comentó Marta Rodriguez Santamaría.
“Para mí fue un antes y un después, es una experiencia muy conmovedora. La formación fue increíble, impactante, me hizo reflexionar sobre cosas que nunca me había puesto a pensar. La capacidad transformadora de este programa no me la contó nadie, yo la vi. Me mostró el camino hacia la justicia restaurativa” compartió Adriana Garcia.
“Nunca me voy a olvidar cuando uno de los chicos me preguntó cuál es tu sueño y le dije que creía que los tenía ya cumplidos y él me dijo: No podes no tener un sueño. Para mí fue muy especial, me resultó de una profundidad que me invitó a reflexionar internamente sobre mi vida” recordó Marta Brunilda Rovere.
Para cerrar y dar espacio a las preguntas se compartió un breve video de la experiencia llevada adelante durante 2018 en el Penal de Marcos Paz.
Rocío Mateos, coordinadora del programa, dio cierre a esta parte de la exposición dando cuenta que: “Esto, tanto el video, como nuestra charla, resume muy bien lo que queremos lograr: espacios de Libertad. Una cuestión nada sencilla en contextos tan complejos como son las cárceles. Creemos que esto tiene que ver con el adentro pero también con el afuera, con nosotros y nosotras como sociedad, somos parte de lo que ahí sucede”.
Formaron parte del encuentro Mariana Volpi, Jefa del Área de Diálogo y Gestión Colaborativa de la PPN, Rocío Mateos, Coordinadora del Programa Marcos de Paz, Lorena Cruz, Maia Grinspun, Mariana Costas, facilitadoras del diálogo, Adriana Garcia, Marta Rodriguez y Marta Brunilda Rovere, representando al equipo de facilitadoras y voluntarias del Programa Marcos de Paz, Maria Evangelina Trebolle, coordinadora del espacio y 26 estudiantes.