10 de Octubre, 2023.
La PPN acompaña la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental y destaca la importancia en su abordaje y atención en contextos de encierro.
Desde la PPN se concibe a la salud mental como un proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona, tal como se afirma en la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657.
Salud mental y cárcel, son dos términos que parecen autoexcluirse y aludir a una lógica de lo imposible. Las intervenciones del Área de Salud Mental de la PPN tienden justamente a reducir esa imposibilidad intentando evitar que la misma se transforme en impotencia. Reducir la imposibilidad para posibilitar el acceso al derecho a la salud mental es lo que guía nuestra labor.
El organismo piensa y aborda la salud mental en la cárcel en términos de cuidado y mejoramiento abonando acciones preventivas y de reducción de riesgos y daños. Se la concibe desde una perspectiva amplia y de género, en cuanto a sus determinaciones, como un proceso que incluye lo individual pero que considera lo contextual.
En la privación de la libertad el contexto es clave. Los modos de gestión, el trato y las violencias, las condiciones materiales del alojamiento, los criterios de cupo, el hacinamiento o el aislamiento, la calidad y la cantidad de la comida, el acceso a la compra de alimentos en la cantina, la oferta laboral y educativa, las actividades culturales, físicas y sociales y la atención de la salud, todo esto hace a la calidad de vida.
Ante el malestar y las urgencias subjetivas, con frecuencia enlazadas a problemas convivenciales, el sistema responde, habitualmente, con “acciones sedativas”, con internaciones involuntarias y medicalización. Medicalización que hace consistir modalidades adictivas sin la existencia de tratamientos específicos acordes a lo acuciante de la problemática.
La prescripción de psicofármacos se ha incrementado de modo evidente a la par que el déficit de médicos psiquiatras en los distintos complejos a raíz de las renuncias que se vienen produciendo a lo largo del 2022 y del año en curso, con escasos o nulos reemplazos.
Esto representa un nudo problemático y un interrogante acerca de la práctica prescriptiva. Si bien hubo avances en el intento de sustitución de ciertos psicofármacos que son sumamente adictivos, aún se incumple la Recomendación N ° 812/14 - del área de Salud Mental de la PPN- respecto de “la confección e implementación de un vademécum y un protocolo unificado para el SPF en lo que hace a los tipos de medicación psiquiátrica a utilizar y a la modalidad de prescripción, renovación o no de la prescripción y entrega”. Tampoco lo recomendado respecto de que “la entrega de dicha medicación se haga en forma molida, siendo ingerida por el interno delante del enfermero”, excepto en los dispositivos de internación de salud mental, PROTIN y PRISMA, tanto en varones como mujeres.
En este nuevo Día Mundial de la Salud Mental, la PPN continúa con compromiso su trabajo para garantizar un verdadero acceso a este derecho.