25 de Octubre, 2024.
Integrantes de la Delegación Cuyo visitaron la Unidad VI-A y la Unidad Funcional 1ª del Instituto Federal de Varones durante el mes de octubre. Evaluaron las condiciones de detención y atendieron las demandas de las personas privadas de libertad.
El jueves 10 de octubre, el equipo visitó la Unidad Funcional del CPF VI, un espacio destinado a las personas con resguardo a la integridad física (RIF), personas sancionadas y casos excepcionales que, por algún motivo, no pueden convivir con el resto de la población.
Este módulo tiene una capacidad para veinticuatro personas, alojadas en doce celdas con dos camastros cada una. El lugar cuenta con mesas, sillas, un patio con leonera, bachas, dos duchas y un baño comunitario. El monitoreo tuvo como objetivo seguir de cerca la situación de las personas allí alojadas y las deficiencias estructurales del lugar. Se registraron problemas edilicios, como luces de techo fuera de servicio, falta de vidrios, roturas y presencia de roedores. Además, se constató que las personas detenidas pasan una gran cantidad de tiempo “engomados”, es decir, encerrados en sus celdas.
Por tal motivo, se realizaron reclamos formales para que se tomen las medidas necesarias para llevar a cabo una limpieza, desinfección, desinsectación y desratización del módulo. También se solicitó la colocación de un freezer, así como la reparación y colocación de vidrios y luces. Al finalizar el recorrido, se mantuvo una reunión con el nuevo jefe del establecimiento, Prefecto Dimas Fernández, quien recibió los reclamos.
Por otro lado, el martes 23 de octubre, los asesores Consuelo Diz y Joaquín Ortiz Gómez inspeccionaron la Unidad Funcional VI A del mismo complejo. Este espacio, diseñado para albergar un máximo de treinta y dos personas, se encontraba operando al límite de su capacidad, con una población mixta de argentinos y extranjeros.
Durante el monitoreo, se registraron diversas irregularidades y deficiencias que ponen en riesgo la salud y la integridad de las personas detenidas. Se observaron problemas de iluminación, presencia de roedores, colchones en mal estado y falta de una heladera para conservar alimentos. Las personas privadas de libertad denunciaron dificultades en el acceso a la atención médica, problemas con los trámites judiciales, procesos de expulsión y cuestiones vinculadas al acceso al trabajo.
Las personas entrevistadas expresaron su preocupación por las condiciones de detención, destacando la falta de higiene, la escasa ventilación y la carencia de elementos básicos para una vida digna. Asimismo, solicitaron una mayor atención a sus necesidades individuales y la agilización de los trámites administrativos.
Ante esta situación, se han iniciado las gestiones correspondientes ante las autoridades competentes para exigir una pronta solución a los problemas detectados. Se continuará trabajando en la defensa de los derechos de las personas privadas de libertad y en la promoción de un sistema penitenciario que respete los estándares internacionales.