14 de Mayo, 2021.
Naciones Unidas conmemora cada 15 de mayo el Día Internacional de las Familias para reconocer, identificar y analizar cuestiones sociales, económicas y demográficas que afectan a su desarrollo.
En un contexto donde se ha prolongado la pandemia del Coronavirus con fuertes medidas de aislamiento social como forma de resguardo, se ha hecho evidente la importancia de la tecnología para el desarrollo social. Es por ello que este 2021, la ONU ha decidido poner en el centro del debate el impacto de las tecnologías para el bienestar de las familias.
En lo que respecta a lo que ocurre en las cárceles, el acceso de las personas privadas de libertad a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC´s) es sumamente limitado y en algunos casos inexistente, por lo que continúa siendo un reclamo.
Puntualmente en este contexto, debemos considerar que las personas privadas de libertad representan un colectivo particularmente vulnerable, tanto en lo que refiere al contagio del Covid-19 como a las restricciones de derechos dispuestas para evitar su propagación.
Entre las medidas excepcionales adoptadas como consecuencia de la pandemia, se destacan principalmente las restricciones y suspensiones de las visitas.
Esto tuvo un fuerte impacto en la vida de las personas privadas de libertad y sus familiares, muchos de estos niños, niñas y adolescentes. Además de la angustia y la ansiedad por la falta espacios para el encuentro presencial, la ausencia de las visitas también significó una disminución en los aportes (alimentos, elementos de higiene y ropa, entre otras cosas) que los familiares les proveen a las PPL cuando acuden a verlas. De esta manera, la pandemia confirmó la centralidad del rol de las familias como sostén de las personas privadas de libertad durante la situación de encierro.
Desde el comienzo de la pandemia, la PPN manifestó la necesidad de que se instrumenten distintas medidas compensatorias, para lo cual se realizaron diferentes propuestas: autorizar el uso excepcional de telefonía celular por parte de las personas privadas de libertad mientras persistan las suspensiones y restricciones al derecho a la visita[1]; la instalación de líneas telefónicas habilitadas para la recepción de llamadas en todos los sectores de alojamiento del SPF[2]; y promover el efectivo acceso al derecho a las comunicaciones y a la vinculación familiar y afectiva de las personas privadas de libertad frente a este contexto, retomando lo enunciado en el DNU denominado “Argentina Digital”[3], que define a las TIC´s como servicios públicos esenciales cuyo acceso constituye un derecho humano[4]. También se realizaron presentaciones judiciales por este tema, relevamientos y numerosas intervenciones administrativas.
Según el relevamiento que hicimos a lo largo del 2020, la mayoría de las personas privadas de libertad y sus familiares, coincidían en señalar que la peor consecuencia que trajo la pandemia en sus vidas es la preocupación por sus familiares y amigos/as y la falta de contacto por las suspensiones o restricciones a las visitas.
La mayor afectación es no poder tener contacto con nuestros familiares. (PPL alojada en U7)
No pude tener más visitas de mi concubina. Nos vimos una sola vez antes de la pandemia y ahora hablamos por teléfono y por videollamada cada dos semanas. (PPL alojada en U12)
Lo peor es la falta de comunicación con la familia. La señal en la Unidad es mala. Pedimos un teléfono para poder hacer llamadas porque el que tenemos solamente recibe llamadas. (PPL alojada en U35)
Una de las medidas dispuestas por el SPF para atenuar las consecuencias del aislamiento fue la implementación de un sistema de videollamadas para vinculación familiar. Desde la PPN se destacó el importante avance que esto representa, aunque se insistió en la necesidad de aumentar su duración y frecuencia, debido a que las comunicaciones se realizan aproximadamente una vez por semana durante apenas diez o quince minutos.
Más allá del acceso, la implementación de este sistema también encontró algunas dificultades:
Para hacer video-llamadas una vez por semana, por 15 minutos, hay 4 PC pero no tienen buena conexión a internet. No nos dan auriculares, ni micrófonos. No hay parlantes y casi no se escucha. Tampoco hay intimidad para la comunicación porque el Personal del SPF se encuentra cerca y escuchan las conversaciones. Se genera mucha angustia por la mala conexión.
Reclamamos que nos permitan el uso de teléfonos celulares para mantener contacto con nuestras familias, pero como hasta ahora no se dijo nada al respecto, consideramos que por lo menos sería importante que mejoraran las comunicaciones que hay (CPF IV).
A estas dificultades se suman las propias brechas digitales y de acceso para las familias, producto de los altos costos que implican y que deben asumir en términos personales.
Si bien a mediados de octubre de 2020 comenzaron a habilitarse gradualmente las visitas, actualmente se desarrollan con limitaciones y persisten las restricciones en cuanto a la cantidad de personas que pueden concurrir y la frecuencia con que se realizan.
Un contexto de gran incertidumbre sobre el tiempo en que será necesario mantener o reforzar las medidas de aislamiento para controlar la propagación del virus, hace aún más urgente la necesidad de visibilizar esta problemática y exigir el acceso a las TIC´s para morigerar la distancia y el impacto emocional que genera la falta de comunicación en las familias.
Para sensibilizar sobre esta problemática, la Asociación de Directores de Cine PCI decidió realizar un video al inicio de la pandemia. En esta oportunidad, volvemos a compartirlo ya que, habiendo transcurrido más de un año de su difusión, los planteos continúan vigentes e incluso con mayor fuerza debido al escenario que aún se nos presenta en la actualidad y en un futuro cercano.
[1] Recomendación 908/PPN/2020.
[2] Recomendación 910/PPN/2020.
[3] DECNU-2020-690-APN-PTE.
[4] Recomendación 911/PPN/20.