10 de Octubre, 2024.
La Procuración Penitenciaria de la Nación acompaña la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental y destaca la importancia de su abordaje en contextos de privación de la libertad.
El Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada 10 de octubre, busca concientizar sobre los problemas que afectan a las personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta fecha se ha convertido en una oportunidad valiosa para que gobiernos, organizaciones y ciudadanos comprometidos implementen programas centrados en el cuidado y la promoción de la salud mental. A través de diversas actividades y campañas, se busca fomentar la comprensión, reducir el estigma y promover el acceso a servicios de salud mental, destacando la importancia de cuidar el bienestar emocional de todos.
La salud mental se entiende como un proceso complejo, determinado por factores históricos, sociales, económicos y biológicos y su cuidado implica una responsabilidad estatal basada en derechos humanos.
En ese sentido, la Procuración señala la necesidad de abandonar aquellas prácticas que patologizan la vulnerabilidad social, trabajando en un enfoque comunitario y no meramente punitivo. En virtud de ello, desde el Área de Salud Mental se continúa trabajando de modo sostenido sobre las distintas aristas concernientes a la salud mental y los DDHH en contextos de privación de la libertad.
Durante el año en curso se han incrementado las detenciones en las diferentes comisarías/alcaldías con personas que -en su mayoría- se encuentran en situación de calle y con problemáticas de consumo. Ante esta situación, la PPN reafirma la importancia de trabajar sobre esta población, sin patologizar su condición y entendiendo que toda vulneración de derechos genera sujetos vulnerados. A su vez, la institución sostiene que la respuesta a estas situaciones no puede ser meramente punitiva sino determinada por políticas integrales comunitarias de cuidado y protección garantizadas desde el Estado.
En los establecimientos federales, el enfoque en la salud mental a menudo se centra en la medicalización del encierro, lo que limita la posibilidad de escuchar las verdaderas inquietudes de los detenidos. Esta práctica, contraria a la Ley de Salud Mental, que establece que la prescripción de medicamentos debe responder exclusivamente a necesidades terapéuticas y no ser utilizada como castigo o para conveniencia de terceros, plantea serios interrogantes sobre el tratamiento de las personas. La creciente prescripción de psicofármacos, lejos de atender el sufrimiento subjetivo, contribuye a una modalidad de control que ignora la importancia del acompañamiento terapéutico, generando un ciclo de deshumanización y malestar. La salud mental requiere un enfoque más humano, donde la escucha y la empatía sean prioritarias.
Otra de las cuestiones que más preocupa a la PPN son los efectos del aislamiento prolongado, que son utilizados como única medida para morigerar la conflictividad y/o resguardar cuerpos, lo que constituye una medida contraria a cualquier resguardo de la salud mental. En la mayoría de los casos, estas condiciones acentúan la sensación de encierro y la incapacidad de evadirse, lo que puede fomentar la aparición de conductas agresivas. Tanto el hacinamiento como el aislamiento afectan la subjetividad y los cuerpos; estar constantemente vigilado, con escaso contacto o comunicación con otros, o estar siempre encerrado en un mismo lugar, puede llevar a un estado de desesperación, y la adaptación a tal ambiente resulta empobrecedora. Sin duda, el aislamiento conlleva un carácter de sanción punitiva efectuada bajo la forma de un "encierro dentro del encierro".
Finalmente, el respeto a la confidencialidad en los tratamientos de salud mental debe estar garantizado. La información recogida en sesiones terapéuticas no debe ser utilizada por el personal de seguridad como "mercancía" dentro de la estructura carcelaria, ya que esto pone en riesgo a la persona involucrada. Sin el debido resguardo que garantice la confidencialidad del tratamiento, no hay tratamiento posible.
En este nuevo 10 de octubre reiteramos nuestro compromiso de continuar trabajando para un adecuado abordaje de la salud mental en todos los espacios de encierro.