Una mujer se vio obligada a parir a su hijo en el pabellón, luego de una serie de irregularidades en la atención médica por parte del centro médico del penal y del Hospital Eurnekián de Ezeiza.
Esta situación visibiliza, una vez más, la deficiente atención médica que aqueja a los penales de mujeres en particular. Este organismo considera que dicha falencia constituye una de las formas más significativas de violencia de género y que es necesario comprometer a la justicia a fijar un límite a estas prácticas de tortura.