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9 de Febrero, 2017

Durante el bienio 2015-2016 esta Procuración Penitenciaria efectuó una serie de relevamientos en la Colonia Penal de Ezeiza -destinada a alojar a personas condenadas próximas a recuperar su libertad-, e identificó serias deficiencias en su infraestructura que atentan contra los estándares modernos de la construcción penitenciaria respetuosa de los derechos humanos.

La construcción de la Colonia Penal se remonta a 1968 cuando se inaugura el “Campamento Laboral Agrícola de Ezeiza” sobre un terrero de 350 hectáreas. En efecto, su estructura edilicia coincide con la arquitectura típica de los espacios del trabajo agrícola, conservando hasta la fecha, no solo el estilo, sino los materiales y las instalaciones edilicias: los pabellones son galpones de chapa donde se desarrolla la mayoría de las actividades vitales y en donde se mezclan, por la escasa separación de los espacios, el dormitorio, la cocina, el comedor, los baños.

Debido a su antigüedad y a la falta de mantenimiento e inversión edilicia, se observa una gran precariedad en toda su estructura: las instalaciones sanitarias son arcaicas y deficitarias; los pabellones registran inadecuadas condiciones de habitabilidad por insuficiencia de ventilación, luz natural, instalaciones eléctricas, e higiene; los espacios comunes son reducidos y disfuncionales para los fines previstos; los sistema de gas y electricidad presentan deficiencias que implican un riesgo latente de siniestros; la falta de higiene propicia la presencia indeseada de diversas plagas, entre otros aspectos.

Así, de los monitoreos efectuados surge que la estructura edilicia de la Colonia no cumple con las condiciones mínimas de alojamiento, ni propicia una adecuada reinserción social -tal como está previsto en la ley de ejecución de la pena-, lo cual supone que cada etapa o fase de la progresividad conlleve una disminución del control que ejerce la administración penitenciaria sobre la persona, favoreciendo mayores niveles de autodeterminación y asimilación al medio libre. Recordemos que la Colonia Penal de Ezeiza es la única cárcel de régimen abierto para hombres del AMBA a la que acceden todos aquellos que se encuentran en última etapa de la ejecución de la pena, y como tal, debe cumplir con las condiciones tendientes a hacer que las personas logren integrarse a la vida social al recuperar la libertad.

Siendo las condiciones de infraestructura uno de los elementos que condiciona o propicia el tránsito hacia el medio libre, evaluar las condiciones edilicias de la Colonia implicó considerar, no solo el espacio y la funcionalidad de la construcción, sino todos aquellos aspectos que posibilitan u obstaculizan el pleno ejercicio de los derechos fundamentales de las personas, entre los que se incluye el derecho a acceder a condiciones menos restrictivas hasta lograr su libertad.

En esta línea y mediante la Recomendación N° 853 se encomendó al Director Nacional del Servicio Penitenciario adecuar la infraestructura de la Colonia Penal de Ezeiza a los estándares modernos de construcción penitenciaria, ajustando sus condiciones edilicias a las previsiones legales estipuladas para una unidad de régimen abierto.